En la era de la información, el lipedema ha ganado visibilidad en las redes sociales y la conciencia pública. Esta dolencia, que afecta principalmente a las mujeres, plantea muchas preguntas, especialmente en lo que respecta a su relación con la alimentación y la nutrición. A continuación, exploraremos qué es el lipedema, cómo impacta a quienes lo padecen y cómo la alimentación puede desempeñar un papel significativo en su manejo y bienestar.
¿Qué es el lipedema? Síntomas y características
El lipedema es una condición crónica y poco común que se caracteriza por la acumulación anormal de grasa en las extremidades, normalmente en las piernas y, en algunos casos, en los brazos. Sus síntomas incluyen dolor, sensibilidad al tacto, hinchazón y una apariencia desproporcionada entre las extremidades y el torso. A menudo se confunde con la obesidad, con la grasa localizada o con la celulitis, pero es crucial reconocer que el lipedema es una condición médica única que debe ser diagnosticada por un profesional médico.
Aunque la causa exacta del lipedema aún no se comprende completamente, se cree que podría tener un componente genético o incluso hormonal.
El lipedema puede tener un impacto significativamente negativo en la calidad de vida de la persona que lo sufre. El acúmulo desproporcionado de grasa en las extremidades provoca sobrepeso, retención hídrica, pesadez, molestia en las articulaciones e incluso dificultad de movimiento. Pero además del malestar físico, las personas con lipedema a menudo experimentan también dolencias a nivel emocional como la depresión, ansiedad o baja autoestima debido a los cambios en su apariencia corporal.
¿Existe una relación entre la alimentación y el desarrollo del lipedema?
Aunque la causa del lipedema no está relacionada directamente con la alimentación, los hábitos alimenticios pueden influir en su progresión. Una dieta con exceso de carbohidratos, azúcares o grasas saturadas puede contribuir al aumento de peso lo que, a su vez, empeora los síntomas del lipedema.
Por ello, mantener una dieta equilibrada y sana como la Dieta Mediterránea es básico para cualquier persona y especialmente para aquellas que sufren lipedema.
Así mismo, realizar ejercicio de forma regular puede ayudar a mejorar la circulación y reducir el dolor asociado al lipedema.
¿La cirugía es la única solución al lipedema?
En los casos de lipedema más graves, la liposucción es una opción válida. No obstante, en los casos de gravedad media o baja, se deben explorar otras opciones de tratamiento antes de considerar la cirugía. En este sentido, existen muy buenas alternativas no quirúrgicas que pasan por tratamientos médicos con electroterapia, mesoterapia y cambios en la dieta. No obstante, todas estas opciones deben ser evaluadas por un profesional médico y pautadas de forma individualizada.
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